Carta de Martino, uno de lxs anarquistas detenidxs en Bolonia el 6 de abril
Mi nombre es Martino, soy uno de lxs anarquistas detenidxs en Bolonia el 6 de abril a consecuencia de una nueva ola de represión orquestada por el Estado: una operación que llevó a la detención de cinco compañerxs, la expulsión de otrxs 7, un gran número de búsquedas (llevado a cabo simultáneamente en diferentes ciudades) e incluso el secuestro del espacio de documentación Fuoriluogo (que pasó de ser un hogar donde radicales textos críticos se distribuyen y que organiza cada semana eventos públicos, a ser una fortaleza inexpugnable de lxs terroristas), en una investigación en el que había trabajado el fiscal durante mucho tiempo y que, después de algunos ataques anónimos se produjo en la ciudad en una semana contra IBM[1], ENI[2], Emil Banca[3] y la Lega Nord[4], decidieron que era hora de seguir (aunque en el resumen de documentos que se entregó en el momento de nuestra detención, no hay ninguna referencia a estos hechos, con buena paz para los periodistas reaccionarios).
En un clima de linchamiento mediático destinado a intimidar a las muchas personas se unan a la lucha en la que lxs anarquistas están comprometidxs debido a la "tierra arrasada" en torno a ellxs (que con Maroni[5], anunció su descenso mortal en la ciudad) la detención de una persona era necesario. Debido a que la policía está y ha estado ahí, todo está bajo control.
Somos lxs mismos de siempre: todas las expresiones de disidencia no recuperable debe ser desvirtuada, circunscrita a una "guerra privada" entre el Poder y sus enemigxs declaradxs, para calmar su trayectoria social y contrarrestar su potencial.
Como si, restando a lxs anarquistas, en este mundo de comodidades habrían
sujetxs dóciles convencidxs de que viven en el mejor de los mundos posibles.
Sin embargo, observen que en el mundo en que vivimos, no hay necesidad de
ser unx de lxs subversivxs: desde la inminente amenaza nuclear a la guerra de ocupación en Libia en el extranjero, la militarización sentencia a prisión a lxs inmigrantes en sus propias casas... la catástrofe diaria de la sociedad mercantil es sufrida por todxs.
En un momento en que la oscura resignación, que con demasiada frecuencia se
cierne sobre la costa norte del Mediterráneo, está iluminada por las insurrecciones que inflaman la costa sur.
En un momento en que la OTAN emite un informe (Operaciones Urbanas en el año 2020) en donde sus analistas prevén escenarios para el año 2020, en los que se utiliza masivamente el ejército para sofocar las revueltas en los suburbios pobres de las grandes ciudades occidentales.
En tiempos de crisis, no debe sorprendernos que la propagación del ideal anarquista (especialmente si es defendido por individuos que no esperan con las manos juntas por la futura llegada de una humanidad federada y libre sino que, al contrario, luchan aquí y ahora poniéndose ellxs mismxs en juego) perturba los sueños de quienes mandan.
En realidad, cuando se ve claramente, en una sociedad como ésta la única
"función" que es éticamente aceptable es la del enemigo interno:
-Yo no quiero ser cómplice de una sociedad que destruye la tierra en la que vive.
-Yo no quiero ser cómplice de una economía que, para sobrevivir, tiene que seguir las guerras y reducir al hambre a poblaciones enteras
-Yo no quiero ser cómplice de lxs guardias que raptan y asesinan en los cuarteles, en el CIE[6], en las comisarías y en las cárceles.
-Yo no quiero ser cómplice de una sociedad que desarrolla la nanotecnología y la modificación genética con el fin de controlar la vida y doblar los requisitos de su rentabilidad.
-Yo no quiero ser cómplice en el racismo de la caza de inmigrantes, la prisión que espera a quienes no se someterán a las leyes de un país donde los gobiernos pueden cambiar, pero siguen siendo las cámaras, palos y alambre de púas.
-Yo no quiero ser cómplice de la hipocresía religiosa y del turismo sexual que, a menudo, es su contraparte.
-Yo no quiero ser cómplice de la masacre en curso de millones de animales criadxs y engordadxs para servir de comida en la industria que envenena y mata de hambre, o para probar los productos y acceder a nuevos mercados (incluso si esto significa la invención de nuevas enfermedades para patentar nuevos medicamentos).
Por el contrario, saludo y abrazo a lxs que luchan contra todo eso: la solidaridad con lxs compañerxs de prisión en Italia, Suiza, Alemania, Francia, Grecia, España, Chile, Argentina, México y Estados Unidos, con lxs mapuche en lucha por su tierra, con lxs Freedom Fighters[7] en el Delta del Nigeria[8], la insurgencia en el Magreb y la lucha de todxs los que no conocen o no el nombre.
Gracias por la gran solidaridad mostrada hacia mí y lxs otrxs detenidxs[9].
¡Siempre de la parte de aquellos que, aplastadxs por un pesado cielo, optan por provocar la tempestad!
¡Cada vez más lúcida! ¡Cada vez más furioso! ¡Siempre con la frente en alto!
¡Siempre con rabia!
Por la anarquía,
Martino Trevisan.
Notas:
[1] International Business Machines (Máquinas Internacionales de Trabajos).
IBM es una empresa multinacional estadounidense que fabrica y comercializa
herramientas, programas y servicios relacionados con la informática.
[2] Ente Nazionale Idrocarburi (Empresa Nacional de Hidrocarburos) es una
empresa italiana de energía eléctrica. Usa petróleo, gas natural y
petroquímica.
[3] Emil Banca Crédito Cooperativo es un banco italiano que se especializa
en préstamos.
[4] Lega Nord (Liga Norte) es un partido político italiano que cuenta
explusivamente con el apoyo político del norte de Italia y es el máximo
exponente del nacionalismo padano (que consiste en la lucha por la autonomía
de varias regiones de Italia). Políticamente pertenece al populismo de
derecha.
[5] Se refiere a Roberto Maroni, segundo al mando de la Lega Nord.
[6] El Centro di Identificazione ed Espulsione (Centro de Identificación y
Expulsión) es el ente xenófobo italiano encargado de regular la inmigración.
[7] Luchadores de la Libertad, en inglés.
[8] El Delta de Nigeria es una región densamente poblada en el sur de
Nigeria.
[9] Se refiere a lxs demás arrestadxs en los allanamientos: Robert Ferro,
Nicusor Roman, Stefania Carolei y Pistolesi Anna Maria.
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